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Presentación |
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Realizó sus estudios en el Seminario Diocesano de Plasencia y en Roma, donde alcanzó los doctorados en Sagrada Teología y en Derecho Canónico. Ha sido Vicario Parroquial y Párroco en Jaraiz de la Vera, Navalvillar de Pela, Obando y otros, así como Arcipreste en distintas ocasiones. Tiene publicados, “Sacerdocio y Oficio Sacerdotal en San Juan de Ávila”, “Los Títulos Sustantivos de Secularización Sacerdotal”, y “La Lectio Divina en Siete Semanas”. Ha impartido conferencias y participado en congresos con ponencias sobre temas sacerdotales y artículos en revistas. Colabora con todo el que le llama, él dice que para trabajar por el Señor no es necesario llamar dos veces a su puerta. Monseñor Uribe Jaramillo, el Obispo de Sonsón, Río Negro, le profetizó que “nunca te faltará trabajo del Señor ni tiempo para trabajar por Él”. Por eso Juan José es conocido en España y en otros lugares por su predicación; él es predicador del Evangelio. Lo ha ungido el Señor para ello; lo desarrolla de modo incansable en Semanas de Oración, Ejercicios Espirituales; muchos fines de semana, sabemos que su coche ha dormido y duerme (ahora menos) en el aparcamiento del aeropuerto de Barajas, va a dar retiros a grupos de la Renovación Carismática Católica de España, a matrimonios, religiosas… Y lo mismo puede estar en Fatima, que en Estados Unidos, o en Huelva... Su predicación, no es suya, es dardo ungido por el amor que sale del Corazón Trinitario del Padre. Lleva la unción y el perfume de amistad y vida nueva en Betania, el dolor de la misericordia inclinada en Getsemaní, el temblor, el fuego y la valentía de Pentecostés, la alegría de adoración y cantos de gloria y esperanza de Belén. Lleva el gozo del Espíritu que abre los misterios de Dios a los sencillos, a los tristes, a los hambrientos de Dios. Su predicación es puro evangelio, son frases, y más frases hilvanadas, de la Palabra de Dios, presentadas de mil maneras, uniéndolas a símbolos, parábolas, anécdotas, testimonios, textos de San Juan de Ávila y del Magisterio. Descubriendo siempre lo hondo que está detrás y dentro de ella, llevándote y entrándote en ella. Es esa predicación que es Palabra oportuna, eficaz, con la fuerza y el poder del Espíritu, y llega, y provoca, y engancha, y te libera, te sana, te alegra, te convierte, te contagia para salir a las calles porque has vivido la experiencia de lo grande que es el corazón del Padre para todos los hombres, y después de saborearla no puedes quedarte con ella para ti solo. En sus charlas y escritos, y en esta página nueva, seguro que, va a compartir con nosotros como le viene a él cada día el conocimiento, el amor, el saboreo de la Palabra y la disponibilidad imperiosa de dedicarse por entero a ella… Porque Juan José piensa, que igual que a él, pobre pecador, el Señor se la quiere dar a todos.
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