El Pueblo
de Bartrès
El Aprisco a
Bartrès
Este pueblecito, a 3 Km de
Lourdes, fue muy importante en la vida de Bernardita. En noviembre de
1844, fue confiada a los cuidados de una nodriza, María Lagües.
En Septiembre de 1857, cuando Bernardita tenía 13 años, las
circunstancias que la llevaron a Bartrès fueron distintas. La ruina
progresiva de la familia los había llevado a vivir en
"el calabozo". La familia no comía para saciar el hambre. Cuando la
antigua nodriza de Bernardita les propuso llevársela como criada, para
que la ayudara en las labores, aceptaron sin más. Para los Soubirous
sería "una boca menos que alimentar". Trabajar en la granja, cuidar los
niños de la nodriza, cuidar los corderos en el aprisco, eran actividades
que ocupaban diariamente a Bernardita hasta tal punto que no tenía
tiempo de ir a la catequesis del párroco de Bartrès. Sin embargo, ese
era un punto convenido entre sus padres y María Lagües. La nodriza
misma, entonces, se encarga de enseñar a Bernardita lo más elemental del
catecismo, durante las veladas nocturnas. Pero todas aquellas fórmulas
eran muy abstractas y, a pesar de sus esfuerzos, Bernardita no conseguía
aprenderlas de memoria. "Eres demasiado tonta, le dice un día María
Lagües, nunca podrás hacer la primera comunión". Bernardita regresa a
Lourdes el 21 de Enero de 1858, precisamente para prepararse a la
primera comunión.
Actualmente el peregrino que
va a Bartrès podrá ver el aprisco donde Bernadette llevaba sus ovejas,
la casa de Marie Lagües (la casa Burg) y la iglesia parroquial.
El 26 de marzo de 2000,
durante la peregrinación de la diócesis de Tarbes-Lourdes, Monseñor
Jacques Perrier, obispo de la diócesis, inauguró el camino de Bartrès.
Se restauró este camino peatonal que utilizaba Bernadette y se abrió
para los peregrinos y visitantes.
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