Inicio Mariología Materiales Liturgia Autores Sacramentos Lourdes Informática Enlaces Herramientas Contacto
 

Peregrino – Enfermo - Voluntario


La Virgen le dijo a Bernardita: "Y ahora, hija mía, ve a decir a los sacerdotes que aquí, en este lugar, debe levantarse un Santuario, y que a él debe venirse en procesión"

Desde que la Virgen se apareciera en Lourdes a Bernardette Soubirous en el invierno de 1858, las curaciones milagrosas no han dejado de sucederse en el santuario de Lourdes. Erigido en honor de la Señora que se reveló ante la sencilla campesina como «la Inmaculada Concepción», al santuario acuden cada año millones de peregrinos y enfermos con la intención de orar y ser curados por la Virgen. Hasta la fecha, casi 7000 personas han sido sanadas de modo extraordinario, y de esos 7000 casos, 66 han sido reconocidos como milagros por la Iglesia tras un largo proceso.

El primer caso data de marzo de 1858. Se trata de Lourd Bourriette, quien veinte años antes había tenido el ojo izquierdo horriblemente mutilado por la explosión de una mina. Era un hombre muy honrado y muy cristiano. Mandó a la hija a buscarle agua a la nueva fuente y se puso a orar, aunque estaba un poco sucia, se froto el ojo con ella. Comenzó a gritar de alegría. Las negras tinieblas habían desaparecido; no le quedaba más que una ligera nubecilla, que fue desapareciendo al seguir lavándose. Los médicos habían dicho que el jamás se curaría. Al examinarlo de nuevo no quedo más remedio que llamarle a lo sucedido por su nombre: milagro. Y lo más grande era que el milagro había dejado las cicatrices y las lesiones profundas de la herida, pero había devuelto aun así la vista.  Muchos milagros siguen sucediendo en Lourdes por lo que en el santuario hay siempre una multitud de enfermos.

Pronto aquel humilde paraje de Lourdes se hizo famoso en todo el mundo. Empezaron a acudir peregrinos venidos de todas partes, hasta ser un lugar de Peregrinación para Europa y otras partes del mundo. No hay duda de que es uno de los Santuarios más visitados y más venerados de todos los continentes. Allí han ido descreídos y han encontrado la fe. Enfermos de cuerpo y de alma, y han hallado la salud para ambas cosas o para una de los dos. Allí se respira una gran devoción, la presencia de Jesucristo en la Eucaristía, del amoroso perdón y de la actividad de la Mediadora de todas las gracias. Quien la visita una vez sale con el firme propósito de volver una y más veces para poder experimentar la presencia sobrenatural que allí se respira. Son muchos los milagros que desde la Gruta de Massabielle obra la Virgen María a cuantos acuden a Ella.

Las Peregrinaciones de Lourdes.

Continuamente salen de todo el mundo, especialmente de Europa,  peregrinaciones de enfermos que van buscando en Lourdes la curación o al menos el consuelo en sus males. Se ha dado el nombre de trenes o autobuses de la Esperanza a los  dedicados al transporte de estos enfermos.

Se ha procurado hacer este tren o autobús tan confortable como es posible, pues el viaje  a Lourdes suele ser muy largo y si fatiga a una persona sana, mucho más fatigará a los enfermos, muchos de los cuales son traídos de sus camas de los Hospitales después de meses y algunas veces, años de estar procurando encontrar una curación humana. Conviene no olvidar el hecho de que la mayor parte de los enfermos que van a Lourdes en peregrinación son casos incurables. Imaginemos con qué esperanza nueva y radiante dejan sus camas después de tanto tiempo: esperanza que los acompaña y sostiene en todo el viaje.

Los enfermos son llevados a los trenes o autobuses por voluntari@s que se disponen a servir y a acompañar a los enfermos por amor al Señor

Su misión no es nada fácil, pero es muy enriquecedora pues viajan en esos trenes y autobuses muchos enfermos.

En el camino las oraciones, los himnos, los cantos al Señor, se oyen por doquier y hacen que el viaje parezca menos largo.

Transporte de los enfermos.

Una vez en Lourdes, los enfermos son llevados al Centro de Acogida donde serán alojados. A lo largo de los días en Lourdes, serán llevados por los camilleros y enfermeras, a las piscinas, a la gruta, a la Basílica, a la explanada, a la Procesión de las Antorchas y los diversos actos organizados especialmente para ellos.

No hay palabras con qué describir la suavidad y devoción de estos siervos de Nuestra Señora hacia los enfermos. La observación de su generosidad y falta de egoísmo han sido causa de no pocas conversiones de personas cuyos corazones estaban endurecidos por el error.

En la actualidad, la acogida de los peregrinos enfermos llegados de forma organizada o aislada moviliza a los capellanes, los empleados del Santuario Nuestra Señora de Lourdes y a los voluntarios venidos de los cinco continentes. 

Los peregrinos enfermos son acogidos en el Centro de Acogida para enfermos construido en forma de unos brazos abiertos, según la imagen de las rampas de la Basílica del Rosario, el “Centro de Acogida Notre Dame” nos recuerda que en Lourdes se acoge a cada uno como una persona única y esperada.

El Centro de Acogida Notre Dame, que no es ni hotel ni hospital, es un centro especial que está reservado a los enfermos y discapacitados y a quienes los acompañan.

En un marco favorable para la convivencia y la tranquilidad en un lugar de paz mirando a la Gruta

En el “Centro de Acogida Notre Dame” existen unos cuantos lugares de intercambio que aseguran una estancia tranquila y fraterna.

Hay numerosas salas de estar. Y en las terrazas panorámicas los peregrinos enfermos pueden encontrarse y compartir en un ambiente de cordialidad.

Las dos capillas de que dispone el Centro, son una invitación a la meditación, a rezar y a participar en las celebraciones.

 
   

Optimizado para resolución de 1024 x 768 pix - Copyright - www.madremaria.es